domingo, 27 de marzo de 2011

Pollo con Cuscús

La siguiente es una receta que me fascina y por la que profeso un enorme cariño... Primero, porque de pequeño la comía muy a menudo y me encantaba... también por sana, ya que lleva "de todo", y, desde que conozco la receta, por terriblemente fácil. Cuando me enseñaron a hacerla, tuve una sensación extraña, como de haber llegado a "otra etapa en la vida"... Me explico, no es que la receta sea una revelación mística, pero descubrirme a mi mismo haciendo aquello que, de niño, me parecía inalcanzable, me causó una cierta zozobra... Lo mismo sentí al llegar en moto, al pueblo de mi familia que, hasta entonces, sólo había recorrido en bici o la primera vez que salí de viaje en coche por mi cuenta...

Pasados los sentimentalismos que me hacen parecer un anciano, y metiéndonos en harina, para la receta hará falta lo siguiente:

Cus-cus, un vaso.
½ Pollo troceado 
4 zanahorias
1 cebolla
Laurel
Estragón
3 Dátiles (deshuesados)
2 dientes de ajo
1 tomate maduro
Almendras
Aceite, sal y pimienta

Empezaremos por salpimentar el pollo y echarlo en una olla grande. Yo prefiero quitarle la piel, porque es todo grasa y, además, así puedo repartir mejor la sal por todo. A continuación, pelamos y troceamos las cebollas y zanahorias y las ponemos con el pollo. Hacemos igual para los ajos (yo les quito el germen que llevan dentro, porque es lo que repite) y para el tomate. Como luego trituraremos todo esto, es preferible, que no vital, que el tomate esté pelado. Igualmente, echamos los dátiles, unas almendras, un poco de estragón, un par de hojas de laurel, medio vaso de agua y 3-4 cucharadas de aceite. Ahora, sólo queda tapar la olla y poner a fuego medio. 


En paralelo, en una sartén, poner un poco de aceite de oliva a calentar y añadir el cuscús. Dar vueltas hasta dorarlo todo un poco y cuando esto ocurra añadir la misma cantidad de agua que hayamos usado de cuscús y una pizca de sal y pimienta. Ahora sólo queda tapar y apagar el fuego.

Volviendo a la olla, conviene ir dándole regularmente vueltas, para que todo se cueza por igual y no se quede crudo lo que no esté sumergido en el caldo. Cuando el pollo esté cocido, digamos una media hora, se saca de la olla junto con las hojas del laurel y si se quiere, algunas de las almendras. Lo que quede en la olla, triturarlo con la batidora o pasarlo por un chino, que quedará más "artesanal", volver a poner las almendras, corregir de sal y ¡listo!.


(Nota sobre la foto: justo después de hacer la receta descubrí que en el piso no teníamos batidora, y tuve que pasar la salsa con un tenedor, por eso no queda tan tamizada)

Desde luego, la receta sabe mejor caliente, pero a temperatura ambiente, a mi me encanta, lo cual es muy práctico para llevarla en tupperwares!!!


"Maldito sea el que utilice cacahuetes cuando la receta dice almendras." (Christopher Driver, Escritor Culinario)


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