sábado, 26 de febrero de 2011

Quiche de Puerros

Ésta es una receta a la que tengo mucho cariño, y llevo disfrutando años en casa. Lo bueno que tiene, es que no podría ser más simple de hacer, aunque no es muy inmediata. Para ello necesitaremos:

Ingredientes:
  • Masa congelada de hojaldre o quebrada, según preferencias
  • Un manojo grande de puerros (unos 4 ó 5)
  • 2 huevos
  • 200 grs. al menos de queso rallado (Enmental, manchego, parmesano...Mejor mezcla de varios)
  • Medio vaso de nata 
  • Nuez moscada
  • Canela
  • Pimienta y sal
  • Aceite de oliva
Empezaremos por limpiar los puerros a conciencia ya que suelen llevar arena entre las hojas, y una tontería así puede estropear todo el plato. A continuación cortamos las partes duras del final de las hojas y del principio del puerro, las pequeñas raíces. Picamos finos los puerros y los ponemos en una sartén con abundante aceite.



El fuego ha de ser bajo para que se cuezan en su jugo en lugar de freírse. Cuando estén hechos, se habrá reducido considerablemente el volumen, se sacan a un colador grande y dejamos escurrir bien el aceite.




Mientras, prepararemos la base. Para ello, untamos un poco de papel de cocina con mantequilla y la extendemos sobre la masa quebrada, y la guardamos en la nevera hasta que la vayamos a usar, para evitar que se seque. (Como apunte, decir, que yo uso masa quebrada, pero que de usar hojaldre el relleno debe estar bien frío, así como la masa, y el horno muy caliente para que no se enmase  y pueda subir.)

A continuación colocamos los puerros escurridos en un bol y lo mezclamos con el queso, los huevos batidos, la nata, la sal y las especias, añadiéndolas poco a poco hasta conseguir el punto deseado. Por otro lado, iremos extendiendo la masa sobre el molde, si hubiese que recurrir a algún tipo de bricolaje con la masa, como que se rompe o si hay que pegar varios trozos, etc... El truco es mojarse los dedos con agua e ir frotando en las juntas, para ablandarlas y poder unirlas. Luego, volcamos la mezcla y la distribuímos hasta una altura uniforme de unos 3-4cm.




Ya sólo queda colocarlo en el horno precalentado a 220º, hasta que la pasta esté hecha y el relleno dorado. Si durante el horneado, la masa se hincha, habrá que pinchar con un cuchillo para que salga el aire y vuelva a bajar.


Pd: Receta con especial dedicación al mayor fan de la receta original, el Sr. Orozco.



viernes, 18 de febrero de 2011

Pasta a lo-que-antes-llamaba-carbonara-pero-ya-no-puedo-porque-vivo-con-italianos...

Al parecer, y según me comentan mis, muy transalpinos, compañeros de piso, la salsa carbonara no tiene nada que ver con lo que conocemos por aquí. Hace unos días decidimos comer los tres juntos y propusieron hacerme pasta carbonara "de verdad". Como muchas recetas "famosas" es bastante sencilla, y requiere de poco ingredientes, que es por lo que imagino que se difundió tanto. La gran diferencia es que ellos NO le ponen nata, ni una gota, ni, por supuesto, champiñones.

Así es cómo la hacen: Puesta a hervir el agua, se sofríe un poco de cebolla, de hecho me pareció bastante poca. En una sartén a parte, freímos bacon hasta que quede bien doradito, así que mejor hacerlo a fuego fuerte. Lo que se busca es que se forme una costra alrededor, antes de que los jugos salgan, para que quede más jugoso por dentro. Lo juntamos con la cebolla y salpimentamos ligeramente. Cuando el agua rompa a hervir, añadimos sal en cantidad y ponemos la pasta. (Algún día me gustaría informarme sobre qué tipo de pasta es más recomendable para cada tipo de aliño, porque no tiene sentido hacer tantas formas distintas así porque sí...). Al cabo del tiempo de cocción que marque la bolsa, sacamos la pasta y la escurrimos. En la misma olla juntamos la pasta cocida y la mezcla de cebolla y bacon. Mientras removemos, añadimos las yemas de 4 o 5 huevos. Y ya está, luego cada uno ya que le añada el parmesano que quiera.

Antes de describir cómo me gusta hacerla a mi, y al ser la primera receta que publico, debería advertiros algo sobre mi forma de cocinar. En mi familia, todos somos amantes de la cocina, casi todos disfrutamos cocinando, pero ninguno seguimos una receta al pie de la letra. El gusto por todo esto me lo infundieron ellos, así que yo tampoco soy muy estricto, nunca pienso un plato a priori, si no que "improviso" sobre la marcha. Por lo tanto, no esperéis medidas precisas o tiempos exactos... No hay forma de plasmar un "añadir un poco más de nuez moscada" o un "creo que le falta dorarse un poquito más" en números... ni siquiera para una cabeza cuadriculada de ingeniero (en ciernes) como la mía... Por eso, es mejor intentar que cada paso de una receta, sea un plato en sí mismo, que ya quede listo para comer por sabor y preparación. Algo así como el "cueces o enriqueces"...

Dicho esto, pasemos a cómo hago yo aquello que antes llamaba "carbonara". En una olla, ponemos agua con aceite y orégano al fuego hasta que hierva, momento en que echaremos la pasta (se suele decir que 80g por persona, a mi me parece poco, así que siempre echo mucha, que si sobra, se puede congelar y ya está preparada para la próxima). Yo me decanté por los espirales de verduras, porque al tener la salsa muchos tropezones, es mejor usar una pasta pequeña, que al pinchar con el tenedor se pueda coger de ambas cosas a la vez. Mientras tanto, picamos muy fina una cebolla medio grande. En una sartén, la pochamos a fuego lento, hasta que queda transparente, junto a bastante pimienta negra de molinillo y orégano, así como un par de blisters de bacon de esos de "una conocida cadena valenciana de supermercados". Si se sofríe el bacon a baja temperatura, en vez de con el aceite muy caliente, lo que se logra es que la parte blanca del bacon se vaya derritiendo, aportando todo el sabor al aceite (de oliva). Las grasas, fijan los olores y los sabores, así que cuánta más "enjundia" vayamos añadiendo al aceite a cada paso, más intenso será el sabor final. A continuación añadiremos un par de botecitos de champiñones cocidos. Mejor lavarlos bajo el grifo para quitar el sabor a "industria" que puedan tener. Se podrían usar champiñones naturales, pero me parece que el punto crujiente de los cocidos casa mejor con la cebolla y el bacon, en contrapunto con la pasta, blanda y la nata, líquida. Removemos todo bien, dejamos que se evapore un poco el agua que va saliendo y añadimos unos 200ml de nata. Siempre a fuego lento, dejamos que reduzca un poco para que coja algo de consistencia y le añadimos bien de nuez moscada, sin miedo. Para reducir, fuego fuerte y la sartén sin tapa moviéndolo mucho para que no se pegue. Últimamente, en la televisión hay un anuncio sobre utilizar queso de untar en platos calientes y  opté por probarlo. Sin embargo, he de decir que el punto ácido que le da, no me acaba de convencer, al menos para esta receta... En el último momento, batimos un huevo, lo añadimos a la sartén y mezclamos bien. El propio calor de la salsa hará que se cueza sin llegar a cuajar del todo. Si vais a guardar la salsa para llevar, en vez de comer en el momento, mejor no añadáis huevo, porque al volver a calentarlo terminará de cuajar y la salsa quedará con grumos. Seguirá estando buena, pero el aspecto pierde un poco. Ahora, sólo queda mezclar salsa y pasta y servir, o guardar en un tupper para llevar. Por cierto, si lo preparáis, por ejemplo, la noche antes, no lo metáis en la nevera directamente que os la cargaréis... Espero haber sido capaz de explicar y transmitir la receta de forma clara y concisa, y como siempre acepto vuestras críticas. Prometo trabajar en hacer entradas más breves... Un bratso!!
"La comida paseada y la cena reposada" (refranero español)

martes, 15 de febrero de 2011

Yo... Como en casa!!

Este juego de palabras, tan acorde con este blog, fue el eslogan publicitario del objeto que analizo hoy, la maleta Nomad: de Valira. Lo normal hubiese sido empezar con una receta, de algún entrante o aperitivo, a poder ser. Sin embargo hoy entré en una tienda de informática "de barrio", buscando unos auriculares, y junto a los portátiles, lo que encontré fueron todo tipo de utensilios de cocina de la marca Valira a precios de ganga... Y entre todos éstos, la maleta que os presento:

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¡¡Al verla, me ha parecido tremendamente apropiado!! ¿Qué mejor manera de empezar un blog sobre comida fuera de casa que por el envase? Es un componente muy importante, y esta maleta cumple todos los requisitos. Muestro unas fotos más para que se entienda de qué hablo.
El interior, recubierto en plástico:
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Los envases, totalmente herméticos, la bandejita superior y el mantel, a juego:
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La primera impresión que se percibe, es la gran calidad con que está fabricado todo el conjunto. Las tapas son rígidas, la cinta para colgarla del hombro es ancha y de una tela similar a la de los cinturones de seguridad. La pieza metálica, que se aprecia a la derecha de la imagen, es una pinza para fijar la longitud de ésta, y lo que parece ser un bolsillo para el móvil es donde se guarda el sobrante, algo que no acabo de entender. También se puede llevar del asa superior, que es acolchada. Las dos cremalleras son dobles y de buena calidad y no tienen pinta de que se vayan a romper en ningún momento de su vida útil.

Al abrirlas, se aprecia el recubrimiento, de lo que parece aislante térmico, pero que por su finura, diría más bien que es un mero impermeable. En una de las "puertas" hay un par de redecillas elásticas, para cubiertos y servilletas y el mantelito individual plegado. Del mismo material pero más rígida, es la pequeña bandeja, con un elástico en su parte inferior, para poner aquello que no requiera ir en envase hermético, como piezas de fruta o una botella de agua. El elástico permite fijar ésta a uno de los envases, el más pequeño, como se aprecia en la foto. Éstos son la parte primordial, el modelo que me he comprado, había dos más que luego describiré, lleva un envase de 0,75l y otro de 0,5l, capacidad más que suficiente para una comida de, incluso, dos personas. Los envases merecen comentario a parte, son de una calidad increíble. Soportan temperaturas de hasta 200ºC, por supuesto se pueden meter al microondas, y su punto más destacable, son totalmente herméticos gracias a la junta de silicona y las solapas de cierre. Como he dicho, había dos modelos más, uno pequeño, igual que éste pero con sólo un envase de 0,5 y luego uno más grande, en tela vaquera, muy trendy, con dos envases de 0,4l y un termo de 0,7l.

En conclusión, me parece una solución muy recomendable para llevarse lo que nos cocinemos en casa, porque permite llevarlo todo junto, bien aislado y muy cómodo... eso sí, espero que siguiendo las recetas que vaya publicando!!! :)

"En otros tiempos se alimentaba al cuerpo como a un servidor; hoy se le sirve como a un amo" Lucio Anneo Séneca (Filósofo y poeta español)

viernes, 11 de febrero de 2011

¿Y qué me hago hoy?

Hola a todos,
¿Y qué me hago hoy? Todos nos hacemos esa pregunta alguna vez, cuando hambrientos y amuermados, entramos en la cocina. Abrimos la nevera semi-vacía esperando encontrar soluciones fáciles a nuestros problemas... la cerramos y volvemos a abrir esperando que algo haya cambiado... Con esa inquietud y zozobra me embarco en este proyecto. Esperando darme cuenta de que, como en la cocina, las cosas son, normalmente, mucho más fáciles de lo que parecen y es sólo cuestión de dedicarle algo de tiempo (y añadir especias).

Ésta es, mi primera entrada, de mi primer blog, de mi afición primera, la cocina. Seguramente os preguntaréis qué puede aportar, de especial, este blog frente a los aproximadamente 200.000 blogs de cocina que ya conviven en la red. No os culpo, yo tampoco lo sé.

En el origen, esto empezó como el mero buen propósito de año nuevo... Otros tienen que dejar de fumar y/o ponerse a dieta (ya retomaré ése más adelante)... yo me propuse cocinar más, porque es algo que me encanta, pero nunca "encuentro tiempo para hacerlo". Éste debía ser el año en que, al fin, fuese capaz de vencer mi pecado capital favorito, que es la pereza (y no la gula como cabría esperar), y ponerme a cocinar de verdad y a menudo. El caso es que, visto desde un óptica racional, se tarda lo mismo en hacer una saludable, rica y satisfactoria ensalada que un triste filete de pollo a la plancha... Entonces ¿por qué meto una pizza al horno y me pongo a zappear?

¡¡Lamentablemente, no puedo decir que sea especial y que, pasado un mes, siga con mi buen propósito!! Y es por eso que me decidí a hacer este blog... no es una gran explicación, pero la idea de que, al menos, alguien puede que lea esto, resulta ser una presión, llevadera, pero necesaria y quiero creer que me empujará en mi plan de ir aprendiendo recetas, técnicas y trucos...

Aún no lo he dicho, pero este año estoy estudiando fuera, y como muchos de nosotros, no siempre tengo tiempo de volver a casa para comer y tengo que llevarme la comida en un tupper... ¡Pues bien! Ya estoy harto de arroz blanco con atún o pasta con tomate... Estoy cansado de la mal llamada "comida de estudiante"... Estoy convencido de que se puede comer bien, muy bien, fuera de casa, sentado sobre un césped o en la cafetería de una facultad... Convencido de que no hacen faltan menús del día, manteles de hilo, o cuberterías de plata, sin, con esto, querer menospreciarlos en absoluto... Yo quiero romper una lanza por un menú de "tuppers", donde cada comensal aporte algo distinto y así se creen improvisados menús, más allá de los filetes empanados o la ensaladilla rusa (que sin duda también tendrá su lugar aquí...). Donde la variedad y la novedad inviten a los que comparten mesa a querer probar sabores nuevos, allanados, por fin, los caminos que les "alejaban" del sushi, los quiches o los currys hindúes...

Con ese espíritu nace este blog, con la intención de recoger recetas, análisis de productos o lo que sea que tenga que ver con comer fuera, pero comer bien! Aquí iré publicando recetas que se puedan comer frías, o en su defecto calentadas en un microondas, para poder llevar una alimentación sana y variada, pero buscando también que sea económica. Pero no sólo de recetas irá el blog!!

Tengo "muchas" ideas para este blog, pero es algo que no he hecho nunca, así que os pediría que fuerais comprensivos, pero sobre todo comunicativos, porque toda ayuda es poca y agradeceré cualquier consejo...

Y con esto me despido ya por hoy: "El descubrimiento de un nuevo plato hace más por la felicidad humana que el de una nueva estrella" (Brillant-Savarin, Gastrónomo francés.)