viernes, 18 de febrero de 2011

Pasta a lo-que-antes-llamaba-carbonara-pero-ya-no-puedo-porque-vivo-con-italianos...

Al parecer, y según me comentan mis, muy transalpinos, compañeros de piso, la salsa carbonara no tiene nada que ver con lo que conocemos por aquí. Hace unos días decidimos comer los tres juntos y propusieron hacerme pasta carbonara "de verdad". Como muchas recetas "famosas" es bastante sencilla, y requiere de poco ingredientes, que es por lo que imagino que se difundió tanto. La gran diferencia es que ellos NO le ponen nata, ni una gota, ni, por supuesto, champiñones.

Así es cómo la hacen: Puesta a hervir el agua, se sofríe un poco de cebolla, de hecho me pareció bastante poca. En una sartén a parte, freímos bacon hasta que quede bien doradito, así que mejor hacerlo a fuego fuerte. Lo que se busca es que se forme una costra alrededor, antes de que los jugos salgan, para que quede más jugoso por dentro. Lo juntamos con la cebolla y salpimentamos ligeramente. Cuando el agua rompa a hervir, añadimos sal en cantidad y ponemos la pasta. (Algún día me gustaría informarme sobre qué tipo de pasta es más recomendable para cada tipo de aliño, porque no tiene sentido hacer tantas formas distintas así porque sí...). Al cabo del tiempo de cocción que marque la bolsa, sacamos la pasta y la escurrimos. En la misma olla juntamos la pasta cocida y la mezcla de cebolla y bacon. Mientras removemos, añadimos las yemas de 4 o 5 huevos. Y ya está, luego cada uno ya que le añada el parmesano que quiera.

Antes de describir cómo me gusta hacerla a mi, y al ser la primera receta que publico, debería advertiros algo sobre mi forma de cocinar. En mi familia, todos somos amantes de la cocina, casi todos disfrutamos cocinando, pero ninguno seguimos una receta al pie de la letra. El gusto por todo esto me lo infundieron ellos, así que yo tampoco soy muy estricto, nunca pienso un plato a priori, si no que "improviso" sobre la marcha. Por lo tanto, no esperéis medidas precisas o tiempos exactos... No hay forma de plasmar un "añadir un poco más de nuez moscada" o un "creo que le falta dorarse un poquito más" en números... ni siquiera para una cabeza cuadriculada de ingeniero (en ciernes) como la mía... Por eso, es mejor intentar que cada paso de una receta, sea un plato en sí mismo, que ya quede listo para comer por sabor y preparación. Algo así como el "cueces o enriqueces"...

Dicho esto, pasemos a cómo hago yo aquello que antes llamaba "carbonara". En una olla, ponemos agua con aceite y orégano al fuego hasta que hierva, momento en que echaremos la pasta (se suele decir que 80g por persona, a mi me parece poco, así que siempre echo mucha, que si sobra, se puede congelar y ya está preparada para la próxima). Yo me decanté por los espirales de verduras, porque al tener la salsa muchos tropezones, es mejor usar una pasta pequeña, que al pinchar con el tenedor se pueda coger de ambas cosas a la vez. Mientras tanto, picamos muy fina una cebolla medio grande. En una sartén, la pochamos a fuego lento, hasta que queda transparente, junto a bastante pimienta negra de molinillo y orégano, así como un par de blisters de bacon de esos de "una conocida cadena valenciana de supermercados". Si se sofríe el bacon a baja temperatura, en vez de con el aceite muy caliente, lo que se logra es que la parte blanca del bacon se vaya derritiendo, aportando todo el sabor al aceite (de oliva). Las grasas, fijan los olores y los sabores, así que cuánta más "enjundia" vayamos añadiendo al aceite a cada paso, más intenso será el sabor final. A continuación añadiremos un par de botecitos de champiñones cocidos. Mejor lavarlos bajo el grifo para quitar el sabor a "industria" que puedan tener. Se podrían usar champiñones naturales, pero me parece que el punto crujiente de los cocidos casa mejor con la cebolla y el bacon, en contrapunto con la pasta, blanda y la nata, líquida. Removemos todo bien, dejamos que se evapore un poco el agua que va saliendo y añadimos unos 200ml de nata. Siempre a fuego lento, dejamos que reduzca un poco para que coja algo de consistencia y le añadimos bien de nuez moscada, sin miedo. Para reducir, fuego fuerte y la sartén sin tapa moviéndolo mucho para que no se pegue. Últimamente, en la televisión hay un anuncio sobre utilizar queso de untar en platos calientes y  opté por probarlo. Sin embargo, he de decir que el punto ácido que le da, no me acaba de convencer, al menos para esta receta... En el último momento, batimos un huevo, lo añadimos a la sartén y mezclamos bien. El propio calor de la salsa hará que se cueza sin llegar a cuajar del todo. Si vais a guardar la salsa para llevar, en vez de comer en el momento, mejor no añadáis huevo, porque al volver a calentarlo terminará de cuajar y la salsa quedará con grumos. Seguirá estando buena, pero el aspecto pierde un poco. Ahora, sólo queda mezclar salsa y pasta y servir, o guardar en un tupper para llevar. Por cierto, si lo preparáis, por ejemplo, la noche antes, no lo metáis en la nevera directamente que os la cargaréis... Espero haber sido capaz de explicar y transmitir la receta de forma clara y concisa, y como siempre acepto vuestras críticas. Prometo trabajar en hacer entradas más breves... Un bratso!!
"La comida paseada y la cena reposada" (refranero español)

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